viernes, 13 de agosto de 2010

Los doce trabajos de Hércules (o de Heracles versión romana) narrado en primera persona, por alumnos de sexto grado

El Jabalí de Erimanto


Cuando iba caminando me encontré con el jabalí lo perseguí varias horas y en muchas lugares hasta que lo acorralé en un lugar donde había nieve.

Luché con él lo agarré de las patas traseras aunque, el jabalí luchaba para que no lo agarré saltando sobre mi lomo pero por fin lo até y lo cargué sobre mis hombros.

Cazar este enorme animal fue difícil porque era muy rápido cuando corría y muy pesado cuando lo cargué y hasta casi se me escapa.

Cuando íbamos por el camino este animal chillaba mucho y cuando pasábamos por las aldeas, los aldeanos se despertaban y sacaban a sus perros.

Cuando tuve que pasar por el río como no había un puente tuve que nadar por el río. En ese río las corrientes eran muy fuertes y era muy difícil porque el animal pateaba y casi me ahoga.

Cuando llegué al palacio le di el jabalí a Euristeo y ese fue el cuarto trabajo de los doce que me mando a realizar.

Lourdes y Rocio




El jardín de las hespérides


A mi Hércules me mandaron a buscar al jardín de las hespérides las manzanas de oro, pero era muy difícil porque ningún mortal sabía como encontrar al gigante Atlas y mucho menos como dar con aquel jardín.

Tenía que encontrar al gigante Atlas para que me dejara entrar. Cuando llego allí me encuentro con el gigante y le digo que me deje pasar para buscar las manzanas.

Pero me dijo: -tu no puedes entrar porque yo soy el dueño, solo yo puedo entrar.

Entonces yo le hago un trato si el me deja entrar yo voy a sostener el mundo por él mientras que él vaya a buscar las manzanas de oro.

-Bueno, me dice Atlas.

Entonces yo me ocupo del mundo mientras que él va a buscar las manzanas, luego Atlas me trae las manzanas de oro y yo le devuelvo el mundo y me voy para llevarle las manzanas al rey Euristeo.

Cuando llego al palacio y le doy las manzanas de oro al rey Euristeo él no podía creer que yo había hecho semejante hazaña.



Las yeguas de Diómedes


Diómedes me había mandado atrapar las yeguas, pero las yeguas de Diómedes eran muy peligrosas porque eran carnívoras y comían carne humana. A mí se me hacía muy difícil atraparlas, pero de todos modos la tenía que atrapar para cumplir mi trabajo. Al llegar al lugar veo que eran muy grandes y gordas y encima corrían muy pero muy rápido.

De todos modos logré acorralarlas en un rincón y atarlas aunque las yeguas se movían logré atraparlas a las dos. Tenía que llevárselas a Diómedes pero el camino era muy largo aparte tenía que cruzar un puente muy chico con las yeguas que eran muy pesadas.

Finalmente se la entregué y terminé mi trabajo.

Gisela Y Micaela


Los doce trabajos de Heracles


El Can de Cerbero



Me llamo Heracles y soy hijo de Zeus, Dios del Olimpo. Nací en Tebas, Grecia.

Tuve que hacer doce trabajos por culpa de la Diosa Hera, mi peor enemiga. Ella puso una pócima en mi vino para que me volviera loco y vea a mis pobres hijos como enemigos. Con mi gran fuerza de un solo golpe los maté. Cuando volví en sí, sentí tanta culpa que fui a consultar al Oráculo de Delfos. Ahí me dijeron que para curarlas debía pasar 12 años con Euristeo, mi primo y rey de Micenas,. Por esto fue que los tuve que hacer.

Ahora les paso a contar mi doceavo trabajo.

Euristeo, el que dictó cada uno de mis trabajos, estaba pensando en uno difícil para dictarme. Y me dijo:- Heracles debes traerme el Can de Cerbero.

Éste, era un perro de tres cabezas que cuidaba las puertas del inframundo.

Entonces con Hermes, un mensajero que se ofreció a ayudarme, partimos para el abismo de los muertos. Cuando llegué le expliqué todo a Hades, el Dios de las tinieblas.

Él me dijo que podía llevarme al can, pero con la condición de no usar armas contra él.

Me cubrí con la piel del león de Nemea, que usaba siempre como escudo porque era muy dura. Después tomé al can por el cuello desde donde salían las tres cabezas. El perro logró morderme con sus afilados dientes. Lo agarré de nuevo del cuello y con mi fuerza casi lo asfixio.

Cuando se lo lleve a Euristeo, del susto que se llevo al verlo, me dijo que lo devolviera y ese fue mi último trabajo.

Maica Romano




Los doce trabajos de Heracles

El jabalí de Erimanto



Soy el hijo de Zeus, Dios rey del Olimpo y Alcmena, una mortal. Nací en Tebas, Grecia.

Hera, la Diosa esposa de Zeus y mi peor enemiga, puso un veneno en mi copa de vino para enloquecerme. Por su culpa maté a mi mujer Mégara y a mis hijos Telefo e Hilo porque los confundí con mis enemigos.

Por ese motivo fui a ver al Oráculo de Delfos. Allí me dijeron que me ponga a disposición de Euristeo, mi primo, rey de Micenas. Él me mandó a hacer doce trabajos. Uno de ellos fue capturar al jabalí de Erimanto.

Cuando iba en busca de ese animal, se me apareció Atenea. Ella me dio una cadena que me iba a ayudar para capturarlo.

Cuando vi al jabalí le tiré un grito de furia y corrí monte arriba para que me siguiera y se cansara. Y cuando se cansó lo agarré con la cadena que me había dado Atenea y lo capturé. Lo subí a mis hombros y se lo llevé a Euristeo que cuando lo vio se asustó tanto que corrió a meterse a su tinaja.


Camila Gomez







Los doce trabajos de Heracles

El Can de Cerbero



Mi nombre es Heracles, soy un semidios. Tengo esa característica porque mis padres son Zeus, Dios del Olimpo, y Alcmena, una mortal. Nací en Tebas , Grecia.

Aún no puedo, quitarme de la cabeza cuando accidentalmente maté a mi profesor de música pegándole con una cítara.

Luego de mucho tiempo me di cuenta de que mi enemiga, la Diosa Hera, mujer de mi padre, no conforme de que yo cargara con esta culpa, me dio a tomar una poción con la que perdí el control, y maté a mi bella esposa Mégara y a mis hijos Telefo e Hilo.

¡Yo era tan feliz con mi familia y tuve que entrometerme con esa maldita Hera!

Pasaba el tiempo y yo andaba vagando por los lugares a los que me llevaba el viento.

Por casualidad pase por la ciudad de Micenas y visité al Oráculo de Delfos. Allí me dijeron que yendo con mi primo Euristeo, lavaría mis culpas.

Cuando llegué Euristeo me dijo que tenía que hacer diez trabajos. Luego me sumó dos más.

Ahora les voy a contar sobre uno en particular. Cuando tuve que capturar el Can de Cerbero.

El Can de Cerbero es un perro de tres cabezas. Es el perro guardián de los infiernos, y yo tenía que llevárselo vivo a Euristeo. Cuando llegué a los infiernos, le expliqué a Hades, el Dios de este mundo, mi situación, y aquel lo entendió y accedió a que yo me llevara al perro. Cuando quise sujetarlo se resistió, entonces lo agarré del cuello por donde salían las tres cabezas, y por poco lo asfixie. Me mordió, pero pude controlarlo.

Cuando volví a Micenas, Euristeo me esperaba. Se lo mostré y él salió corriendo asustado hacia su tinaja. Y luego me obligó a devolverlo al mundo de las tinieblas.


Marco García







Los doce trabajos de Heracles

La Hidra de Lerna



Soy Heracles, hijo de Zeus y Alcmena. Nací en Grecia.

Mi padre es el Dios rey del Olimpo y mi madre es una mortal. Por eso soy un semidios.

Un día mi madre me contó que cuando yo era un bebé, en mi cuna había dos serpientes de cascabel, y que yo con mis manos las había estrangulado. Cuando llegó la niñera yo estaba jugando con sus colas que hacían ruido, como si fueran sonajeros. Desde ahí me di cuenta que tenía mucha fuerza.

Hera, la Diosa, esposa de mi padre, un día hizo una pócima y me la echó en un vaso de vino sin que yo me diera cuenta. Cuando me lo tomé me volví loco y entonces empecé a pelear y a maté a mis hijos y a mi esposa Mégara pensando que eran mis enemigos. Cuando desperté del hechizo, no podía creer lo que había hecho.

Entonces fui a consultar al Oráculo de Delfos y allí me dijeron que vaya a trabajar para el rey de Micenas, o sea, mi primo Euristeo. Cuando llegué, él estaba muy preocupado porque tenía miedo de que le quitara el trono, porque yo era el hijo de un Dios. Entonces me mandó a hacer unos trabajos.

Uno de los trabajos era matar a la Hidra de Lerna. La Hidra tenía nueve cabezas y una sustancia venenosa y asesina.

Cuando llegué al lago donde estaba, le tiré unos flechazos para llamar su atención. La serpiente salió del agua y con mi espada le corté una cabeza y me sorprendí cuando vi que en su lugar le crecieron dos cabezas nuevas. Escapé del lugar y después de un rato volví con una antorcha en una mano y mi espada en la otra. Y cada vez que le cortaba una cabeza, quemaba la repugnante herida para que no le brotaran otras nuevas. La Hidra hacía terribles ruidos y se retorcía de dolor hasta que murió.

Así fue que pude realizar mi primer trabajo.
Rocío Castro







Los doce trabajos de Heracles



Mi nombre es Heracles. Nací en Tebas, provincia de Grecia.

Mi padre, el Dios Zeus, se enamoró de Alcmena, mi madre, y para estar con ella se transfiguró en su esposo. De esa unión nací yo.

Mi padre estaba orgulloso y no pudo ocultar mi nacimiento. Así fue que la Diosa Hera, esposa de mi padre, no tardó en enterarse. Zeus intentó calmar su ira llamándome Heracles, que significa “gloria de Hera”.

Cuando tenía apenas un año, la malvada de Hera, me mandó dos serpientes. Pero con mi fuerza, las agarré y las estrangulé. Cuando mi madre fue a verme, yo estaba jugando con ellas.

Lino fue mi profesor de música, pero en un ataque de locura, le tiré con la cítara en la cabeza y lo maté.

Más tarde, cuando había formado una familia, Hera preparó una poción. Yo dormía y entonces me la hizo tomar. Me volví loco y maté a mis hijos. Cuando volví en sí, me di cuenta de lo que había hecho y me sentí muy mal.

Entonces consulté al Oráculo de Delfos y me dijeron que vaya con mi primo Euristeo, que me dio a realizar diez trabajos. Cumplí con todos ellos. Hera dijo que en dos había recibido ayuda, entonces tuve que hacer un total de doce.

El último fue llevarle a Euristeo el Can de Cerbero. Era un perro de tres cabezas y cola de serpiente, que cuidaba las puertas del infierno. Yo lo vencí con mis propias manos y lo lleve vivo ante Euristeo. Y él me dio la libertad.

Franco Sanchez




10El león de Nemea
Autores: Matías Ríos y Matías Britos
En Grecia hubo una historia muy rara el dios Zeus se había enamorado de una mortal que se llamaba Alcmena de ellos dos nací yo me pusieron el nombre de Hércules.
Mi padre me llevo al Olimpo, el tenía una esposa en ese lugar.
Pasaron varios años, me fui haciendo un hombre fuerte, grande y apuesto bueno eso creo yo pero todavía no me aceptaban como un dios. Mi madrastra se llamaba Hera la esposa de mi padre. Le había dicho a mi padre que yo no merecía estar ahí y mi padre le dijo –haremos una cosa le haremos 12 trabajos difíciles para poder ver si es un dios (si lo hace bien se queda aquí y si lo hace mal se va de aquí) y Hera aceptó la propuesta yo había ido a un rey que se llamaba Euristeo para que me diga qué hacer con mi gran fuerza. Y el rey me mando a hacer un trabajo muy difícil. El trabajo era matar al león que era de Nemea era difícil de matar por que a su piel nada le podía traspasar.

Yo estaba viajando a buscar el león llevaba en mi espalda un arco con tres flechas, vi una cueva y adentro parecía haber un animal muerto de hambre porque había muchos huesos tirados de animales y personas, el león estaba ahí estaba comiendo una cabra, a cada paso que daba sabía que mi vida dependía de mi fuerza y aproveche el momento y le tire las tres flechas, rebotaron en su cuerpo y se lanzo hacia mí sabia que cualquier movimiento en falso podría estar en riesgo mi vida y lance mis manos hacia su cuello con mucho miedo y lo agarre del cuello y me rasguño en el pecho, me desmaye y no me acuerdo lo que paso después pero después me desperté y estaba en la cueva , no lo veía al león, salí para afuera en ese momento pensé que no tenía que tener miedo porque su grande nariz podría olerme y de repente me di la vuelta y vi unos ojos de donde salía fuego y de un árbol salió el león me tiro al piso trate de estrangularlo con mis manos y en ese momento pensé que mi vida ahora dependía de mi y lo tenía que matar y lo logre y lo mate le saque la piel con un cuchillo y le lleve al rey y se puso contento



2La hidra de Lerna


Autores Matías Arrendal e Ignacio Acosta



Mis padres son Zeus y Alcmena de ellos Salí yo Hércules, mi padre se convirtió en anfitrión y como anfitrión estaba de viaje Zeus tuvo relación con mi madre y así me tuvieron. Yo crecí y crecí hasta tener los 28 años.

Yo tenía que enfrentar a la hidra de Lerna la hidra era como una serpiente con patas y 9 cabezas y vivía en el valle de Lerna en un pantano. Me costó mucho llegar al pantano de la hidra. Tuve que pasar ríos y arenas movedizas. Cuando llegue la hidra estaba durmiendo empecé a caminar lentamente, entonces pise una rama y la hidra se despertó y empezó a salir del pantano, yo le tiraba flechazos cuando la hidra me agarro,  me empezó a apretar yo pensaba que estaba perdido cuando pensé y agarré una flecha y se la clave en la cabeza, entonces la hidra me lanzo a un árbol la lucha se volvió muy intensa y dura. Salte con la espada en la mano y le corte 3 cabezas y le queme los cuellos y mientras la hidra estaba indefensa lance un flechazo contra el risco y cayeron piedras que sepultaron viva a la hidra y nunca volvió a levantarse y yo le lleve las cabezas a Euristeo.





Autores Brisa Machuca y Doris Galarza

9El jardín de las Hespérides

Todo ocurrió en Grecia mis padres son Zeus y Alcmena, mi padre tenia poderes y engañándola a mi madre se hizo pasar por anfitrión y se enamoro de Hera, me crio porque mi madre me abandono mi madre le tenía miedo a Hera porque era una diosa y me odiaba. Fui creciendo. Hera me mando una serpiente cuando yo estaba durmiendo en la cuna, yo agarre las serpientes con mis manos y la apreté y las mate esto me contó mi abuela Rea la madre de Zeus. Fui creciendo y fui teniendo poderes.

Una noche fui a recuperar las manzanas doradas en el oeste y estaba ladón furioso. Ladón era un dragón de 100 cabezas era muy fuerte. Yo en ese momento me acerque a ladón y yo fui con una flecha se la tire en el pecho esquivo la flecha sentí que ladón no se iba a morir porque era fuerte y ladón cayo y murió y salía de su pecho mucha sangre y agarre el árbol con las manzanas doradas y me fui a entregar las manzanas a Hera.

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