Una tarde de poesía, música y expresiones artísticas...

Luego de diversas propuestas, en el que la palabra poética ha recorrido varias aulas. 
Este Festival tiene como propósito reunirnos una vez más alrededor de ella, para abrir los espacios a un encuentro diferente.

 Escucharemos a poetas de oficio, así como a alumnos leyendo sus primeros escritos.

 Desde un enfoque Institucional y como punto de partida el desafío ha sido: liberar la palabra, poner a jugar los significantes, expresar de maneras únicas la propia interioridad. En una metáfora, en un sin sentido y hasta en un disparate.

 Nos convoca el Festival de Poesía, un encuentro fundante de nuevas y añejas posibilidades con el lenguaje.

Gracias al compromiso de cada integrante de la comunidad educativa por respaldar desde su lugar una Jornada de trabajo plena de intercambios.

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Contamos con la participacion de los Alumnos de la ESB 108, que junto con su profesora Andrea Berjulet han traído propuestas para los alumnos de primaria, en las que han trabajado: haiku, rimas, disparates y Ecos. 

Felicitaciones, por el entusiasmo y el compromiso demostrado!!

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Con el Profesor Marcelo Dueip y Patricia Radetich, los alumnos han sido convocados por propuestas artísticas en la pintura de un rompecabeza mural.

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La Profesora Adriana Santander, con su taller, ha propuesto un modo diferente de comunicarse o contar una historia, utilizando un monigote de papel de diario.

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La Docente Sonia Alderete, (invitada de la EP31). Ha propuesto a los alumnos de 1º y 2ºaño, situaciones de lectura y escritura a partir de una poesía de Antonio Machado.                                                                           En el encuentro final algunos se han animado a leer la poesía trabajada y escritos propios.  
¡¡¡Muchos aplausos para ellos!!!

Juan, Poeta invitado, ha compartido sus propios escritos al final de la Jornada.

Vicente y el Dire Gabriel con Guitarra y flauta han musicalizado la tarde haciéndonos cantar.

Todo lo anterior ha podido coordinarse y llevarse adelante gracias al aporte de cada miembro de la Institución, quienes han hecho desde su lugar, una gran labor.

11 de septiembre: "Dìa del Maestro"

ISFD Nº 56

GRACIAS!!!!

UN DÍA PARA DISFRUTAR...

“FESTIVAL DE POESÍA EN LA ESCUELA”

18 De septiembre. 

Una tarde diferente...

     POESÍA
                             ARTE 
                                             
                          
     AUDIOVISUALES
                                           MÚSICA



     TALLERES DE ESCRITURA

PROYECTO  DE POESÍAS

Fundamento.

El género poético  es pensado como una de las formas del decir más complejas y artísticas del género literario. Tal vez, dicha complejidad resida en la aparente forma desestructurada con la cual se pone en juego el lenguaje, es decir, en la poseía pareciese que el lenguaje rompe sus propias reglas y se presenta de modo caótico y desprejuciado.

Creemos que la poesía debe ser un discurso pasible de circular por todos los ámbitos sociales y en especial por los ámbitos educativos.

Poesías lúdicas que invitan a jugar   a divertirse con el lenguaje, poesías profundas que  tocan fibras sensibles, recuerdos, añoranzas, alegrías. Prosas que se comprometen con la historia y se constituyen en verdaderos discursos revolucionarios. Poesías para adueñarnos, poesías para pensarnos.

Cuando en la práctica cotidiana grupos de alumnos y docentes hacen efectiva  la distribución y la adquisición de bienes culturales,  no sólo comparten un espacio y un tiempo en común sino  contribuyen a formar una sociedad más justa y equitativa.

Es el caso de nuestra escuela que sosteniendo estas premisas logran apropiarse de la poesía, recrearla  y compartirla con el fin único de mostrar otros mundos posibles.

                                                                                             Gabriel Franic

                                                     



                                                  

Articulo para docentes de EP 84

05/09/13 Página/12:: libros :: Mi hermano y yo www.pagina12.com.ar /diario/suplementos/libros/10-4980-2013-03-26.html 1/1 Domingo, 24 de marzo de 2013 La primera Feria del Libro de Angela Pradelli Mi hermano y yo Al preguntarle por su propia experiencia fundante de lectura, Pradelli recuerda esta escena: “Estaba en primer grado y un viernes de octubre la maestra avisó que al día siguiente se haría una Feria del Libro en la escuela. Yo no sabía qué era pero quise ir. Aunque insistí, no pude convencer a ninguna de mis amigas para que fuéramos juntas. Sin compañía, ese sábado por la mañana le pedí a mi madre que por la tarde me llevara a la Feria del Libro. Mi madre estaba desenredándome los nudos del pelo, que era una empresa con la que luchábamos cada mañana. ‘¿No sos muy chica para ir a una feria?’, me preguntó mientras seguía desanudando. Un poco antes de las dos de la tarde nos subimos a la coupé Fiat blanca de mi madre. Ninguna de las madres de mis compañeras manejaba, pero ella sí, y aquel sábado fuimos hasta la escuela con los vidrios bajos, a esa altura del año la tibieza de la primavera ya se hacía sentir. Mi madre estacionó la coupé Fiat en la puerta de la escuela, pero no apagó el motor. ¿Me quedaría sola durante toda la tarde con desconocidos? Ella me dijo que volvería para la hora de cierre y que la esperara en la puerta. Antes de bajarme, tomó su monedero negro tejido al croché y lo abrió sobre sus piernas. Era un monedero grande forrado con una tafeta suave y brillosa. Ella escarbó en su interior y rescató algo de dinero. ‘Esto es para que te compres un libro’, me dijo y enrolló unos billetes que puso entre mis manos. Traspasé el umbral del portón de entrada y oí que la coupé se alejaba. En el hall principal había ocho o diez puestos de libros que todavía estaban terminando de armarse. Esa feria era para mí una inmensidad, sin embargo la recorrí una y otra vez, y otra y otra. La tarde entera yendo de un puesto a otro. Todas caras desconocidas que me miraban y hasta podía adivinar lo que estarían pensando. En cada puesto, me detenía a leer, miraba los precios, hacía cuentas. Los vendedores se acercaban, me saludaban, me sonreían y me volvían a saludar en la siguiente vuelta. Mientras tanto yo iba haciendo mi selección. Cuando los puestos empezaban a desarmarse, fui por mi libro. Una novela cuyo autor olvidé, pero de la que recuerdo su título, Mi hermano y yo, y su tapa dura ilustrada con la figura de sus dos protagonistas. Cuando salí de la feria mi madre estaba esperándome en la coupé y se sonrió cuando me vio subir con el libro. Mientras regresábamos, leí en voz alta las primeras páginas. Esa noche me quedé leyendo hasta tarde. Leí y releí muchas veces ese libro en aquel tiempo de infancia, pero un día lo perdí, o lo presté, o alguien se lo llevó, no sé. Cada tanto, entro a alguna librería y lo pido. El libro nunca apareció, pero queda el recuerdo de aquel día en el que se inició una búsqueda con un par de billetes que sobraban en el fondo de un monedero negro y que alcanzó para comprar un universo entero. Y queda también, para siempre, la certeza de que si leemos, podemos ir y estar en todos los lugares, podemos hacer cualquier recorrido, abordar los desciframientos y construir todos los sentidos”. © 2000-2013 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Todos los Derechos Reservados